martes, 5 de abril de 2011

Malvinas Argentinas

Conmemoración del 29º  aniversario de la gesta de Malvinas y del 21º aniversario de la provincialización de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

        
         La jornada emancipadora del 2 de abril de 1982 representa un hito esencial para nuestra nacionalidad que evidencia la histórica vocación antiimperialista Argentina, y de su lucha incesante contra la eterna, persistente e injustificada agresión británica. Pocos pueblos en el mundo, han sido y son objeto como la Republica Argentina de una agresión tan ostensible y villana como la de la potencia usurpadora de nuestro territorio Malvinense, esa que siempre codicio nuestras riquezas.
         Es por ello que la recuperación transitoria del ejercicio de la  jurisdicción Nacional sobre las Islas Malvinas que conmemoramos hoy, debe reivindicarse en el marco de esa lucha, de esa vocación por defender el honor Patrio y la soberanía nacional y  es por ello que ese hito debe considerarse por encima de cualquier otra circunstancia política subalterna, por ejemplo que haya sido impulsada por la genocida dictadura militar instalada en el poder el 24 de marzo de 1976, esa que en modo alguno avalamos por pisotear la Constitución Nacional y con ello los derechos del Pueblo Argentino además de la entrega lisa y llana de la economía y la riqueza nacional a manos extranjeras.
         Toda guerra es execrable, pero a veces se presenta insalvable frente a la injusticia y la prepotencia, frente a quienes consideran que la fuerza da derechos. Y no fue la Nación Argentina la que propuso la guerra, sino Inglaterra al  usurpar violenta y clandestinamente parte de nuestro Territorio Patrio en 1833 proponiendo la violencia una vez mas como en 1806, 1807 y 1845. Esa es la forma de relacionarse que tiene desde siempre el Gobierno Anglosajón con el pacifico pueblo Argentino. Es ese, su modo de ser “civilizado”, el mismo que provocó la conflagración bélica al negarse a descolonizar las Islas Malvinas en contra del derecho argentino, del derecho que rige la comunidad internacional y que expresan sus órganos supraestatales.
          Fue gran Bretaña y no nuestra Nación la que desato la desigual guerra de la OTAN contra nuestra humilde Nación, y es por ello que debemos erradicar para siempre esa actitud pusilánime y vergonzante que muchos políticos y conciudadanos repiten a diario en conmemoraciones como la del 2 de abril de 1982, cuando piden perdón por la guerra.
         Ello redunda en favor del argumento de nuestros enemigos, ello tergiversa la historia y confunde a nuestros jóvenes, ello mansilla el honor de los combatientes de Malvinas, los que volvieron y los que cayeron en combate.
         No cabe en mi pecho el orgullo que tengo de saber que en 1982 en Malvinas no hubo “pusilánimes chicos de la guerra”, sino combatientes bravos –conscriptos, suboficiales y oficiales-  que como el 20 de noviembre de 1845 en  la Vuelta de Obligado- pusieron en jaque a la primera potencia militar mundial y que si no fuera por la traición de los pocos generales que componían la cúpula militar que condujo política y militarmente,  pudieron haber ganado la guerra.
         Ninguna muerte tiene sentido, pero no en vano los héroes de Malvinas dieron su vida en los turbales malvineros, ellos hoy representan la ocupación efectiva Argentina del terruño usurpado y con ello perfeccionan nuestra soberanía nacional, sumándose al fundamento jurídico, histórico, político, geográfico y geológico que sustenta  nuestros derechos soberanos sobre las Islas Malvinas y demás Islas del Atlántico Sur.
         Nadie en el mundo duda, los argentinos somos pacientes pacifistas, pero no por eso podemos ser tan ingenuos e irresponsables de no poseer nuestra lógica hipótesis de conflicto –como si poseen  Brasil  y Chile por ejemplo- y unas Fuerzas Armadas Sanmartinianas preparadas conforme a las modernas tecnologías de defensa y organizadas dentro del marco de integración militar continental al que debe tender rápidamente la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR.).
         El objetivo debe ser –no adoptar una actitud beligerante y acometer con las armas como hace Inglaterra y sus socios contra los pueblos humildes del mundo- sino tener respetable poder de disuasión para sentarnos a dialogar diplomáticamente de igual a igual.
         Por otro lado, incomprensible resulta la propagada oficial Fueguina, que en una fecha como esta por ignorancia, indolencia o intereses inconfesables festeja el día de la Provincia fueguina, no en la fecha de su nacimiento -26 de abril de 1990-, sino el día de la jura de la Constitución Provincial – 1º de junio de 1991- y es por ello que anuncia por los medios masivos de comunicación la proximidad de la conmemoración del 20º aniversario de la Provincialización de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.  Con esa irresponsable actitud se confunde, se niega nuestra verdadera historia y se crea una falsa conciencia en nuestros jóvenes beneficiando así los intereses británicos.
          Mal que le pese al conservadorismo, a la reacción Fueguina y a Inglaterra, debemos recordar que tras la presentación (1984) del proyecto de Ley realizado por el Diputado Nacional Dr. Martín Torres, el 26 de abril de 1990, el Congreso de la Nación sancionó la ley nº 23.775  que provincializó la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, y ello significa que próximamente conmemoraremos en aquella fecha su 21º aniversario, no el 20º como enseña  y reivindica el gobierno fueguino.
          De otro modo, la Republica Argentina no debería festejar su independencia y nacimiento durante el proceso que va desde el 25 de mayo de 1810 hasta el 9 de julio de 1816, sino en la fecha de sanción de la Constitución Nacional en 1853. Lógicamente la Provincia, como la Nación, nace antes que la Constitución que su pueblo se da  luego de nacer para organizarse.
          No podemos distraernos en esta cuestión que importó la provincialización de las Islas Malvinas por ejercicio libre e independiente de los representantes del pueblo argentino cuando expresaron su voluntad soberana a través de un acto de decisión política interna nacional, y ciertamente ese error, no nos parece casual, sino la concreta y decidida acción del poder en las sombras de los contemporáneos discípulos de George Canning.
         La provinciana Fueguina, Antártica, Malvinera y Marítima debe consolidarse día a día con actos soberanos, esa es una fuerte arista insoslayable que coadyuva a la recuperación de nuestro irredento territorio isleño usurpado por el bárbaro invasor, territorio malvinero, fueguino y argentino.
         
Isidoro Aramburú.

Ushuaia, Capital de las Islas Malvinas, 2 de abril de 2011.-

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